Cuando un personaje tiene huevo

  

Cuando un personaje tiene huevo

SIN MOVER LOS LABIOS

Por Daniel F. Beltrán 

“Déjame transformar la noche en velocidad. / Déjame transformar la oscuridad en incandescencia. / Déjame mirarte mientras te concentras / para luego atraparte y comerte”

La rutina agobia a Carlos, -el personaje de Sin mover los labios (2017)- que sale todos los días a trabajar, después de desayunar con su madre, luego trabaja en un call center todo el día, en la noche vuelve a su casa, mira la tv con su novia, y termina el día en el bar de su amigo haciendo su show de ventríloco.

Sin mover los labios es eso, la historia  de un ventrílocuo agobiado con su madre sobreprotectora con la que vivió siempre, y una parodia de las telenovelas.

En el primer plano de la peli, vemos a la madre abrazando al niño, corte a la madre abrazando a Carlos adulto, él con una mirada molesta, ella con la ternura de una madre.

Carlos inhalando cocaína para actuar,  para soportar la vida, Carlos haciendo su show para sanar el dolor de la muerte, Carlos viviendo una vida que no quiere vivir.

La muerte como siempre rompe los planes que tenemos, en el caso de Sin mover los labios la muerte de la madre de Carlos rompe con esa rutina, la vida del personaje cambia.

La pérdida de la mamá y luego de su novia que se va con su mejor amigo llevan al personaje a tener deseos de morir, lo expresa así “Me quiero morir” y me recuerda a Vicent Gallo en Buffalo 66 deseando morirse con tantas ganas, tantas ganas de dejar este mundo.

Sin embargo, en Sin mover los labios Carlos no se muere, trasciende en un ser surreal, un hombre pollo, que empieza a burlarse de los seres humanos que lo torturaban. 

Tenemos aquí un filme que habla de la trascendencia, lo dice al final el personaje del sacerdote cuando se rompe la cuarta pared y el mira a cámara para decirnos que nuestra acciones valen y que tenemos que trascender, nos dice que no somos simples ficciones que existen y conmueven. Tenemos que marcar nuestro  camino para la trascendencia. 

Y es eso la película, Carlos un personaje patético, que tiene huevo, como se ve al final, tiene huevo porque no vive la vida que quiere vivir, solo hasta que trasciende en hombre pollo puede alcanzar la libertad que estaba buscando.

Quizás por eso el color sea a blanco y negro, reflejando ese mundo gris del personaje, además de los cuadros bien tratados de telenovela, para hacernos dudar entre la realidad y la ficción y el valor que le damos a estos programas. El retrato de un mal escritor, o de un escritor que juega con el humor negro para burlarse de esos valores establecidos y esos personajes.